Ideario pedagógico lasaliano
El Colegio La Salle, perteneciente a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, tiene un ideario y un carisma propio, enraizado en su visión concreta del joven, de la escuela y de la historia que desea construir. Desde a su fundación, ha procurado desarrollar su ideario básico de una educación humana y cristiana de calidad, expresado en cuatro direcciones:
1.- Formar jóvenes conscientes, libres, integrados y participativos, capaces de “ocupar su lugar” en el mundo y dispuestos a desempeñar un papel activa en una sociedad compleja y competitiva.
2.- Educar y formar a los niños y jóvenes en la solidaridad. Primero, entre ellos mismos, en el seno de su propia comunidad escolar, y después, con aquellos más necesitados que les rodean.
3.- Formar jóvenes capaces de reflexionar, de ejercer su espíritu crítico frente a un mundo en el que los medios de comunicación social dispersan e imponen un mismo modo de ver y de pensar.
4.- Y debido a su inspiración cristiana, formar a los niños y jóvenes en su dimensión espiritual, en la acogida de la fe, en el compromiso de servicio a los demás.
El lugar principal en el que los educadores lasalianos realizan su misión educativa y evangelizadora es, preferentemente, la escuela. En concreto, en la Escuela Cristiana, con sus características concretas. Porque en el Colegio “La Salle” nos preocupa cómo educar, nos preocupa la calidad de la enseñanza y, naturalmente, la calidad de la educación.
Nos preocupa de verdad para qué educar, hacia dónde nos dirigimos, qué tipo de hombres y mujeres queremos ayudar a formar, qué sociedad de futuro queremos edificar. El Proyecto Educativo de nuestro Centro expresa por escrito nuestros objetivos, propósitos y valores.
Nos importa e interesa el objetivo último de la educación cristiana, que es el desarrollo global de la persona según el modelo de Jesucristo; por eso, en la Escuela Lasaliana se vive un proceso de evangelización o de iniciación cristiana.
Así, la Escuela lasaliana es una escuela ilusionada y con sentido. Con educadores entusiastas, emprendedores y creativos. Donde nuestro ánimo y entrega nacen de la esperanza y de la confianza en la persona, sea niño o niña, adolescente o joven.
Estamos convencidos de que la intuición de San Juan Bautista de La Salle de dar educación humana y cristiana a los jóvenes, especialmente a los pobres, es hoy, igual que ayer, de gran necesidad en nuestro mundo. Todo dentro de la escuela: las clases, las actividades extra-escolares, el deporte, el tiempo libre... nos pone a disposición de todos, con actitud de acompañamiento fraterno. Ayudamos a descubrir, ampliar y asimilar los valores humanos y evangélicos que permiten engendrar una persona nueva, una sociedad renovada y un mundo recreado.